jueves, julio 04, 2019

CARTA A LOS JÓVENES


Al filo de la medianoche 8/7/19
TE CUENTO UNA HISTORIA NOTA 52
CARTA A LOS JÓVENES
  Hoy, que miro para atrás y veo tanto y hoy, que miro para adelante, con temor, el territorio de la ausencia. Es hoy, es justamente hoy, cuando descubro lo hermoso que es vivir. Soy escritor y entonces ¿cómo no contarlo? Nos pasamos la vida preocupados por cosas que no hacen a su esencia. Corremos siempre pero sin llegar a descubrir que corremos porque queremos escaparnos de nosotros mismos.
  A ustedes, a los jóvenes, a los herederos de todo lo bueno y de todo lo malo que hicimos. A ustedes, que hacen uso de la tecnología que les dejamos, de la cultura que les dejamos, de nuestros inventos, de nuestros sueños. Pero a ustedes también, que respiran el aire contaminado que les dejamos, los ríos y los mares sucios que les dejamos, la guerra y la muerte y el egoísmo que nos hizo no entender que el mundo sigue y que debemos cuidarlo.
  Hoy, con el orgullo de formar parte de una generación que cambió el mundo para bien y con el dolor de ser parte de una generación que arruinó el mundo. Hoy quiero decirles y pedirles por favor, NUNCA VENDAN SUS SUEÑOS ni caros ni baratos. Nunca olviden que tienen padres y hermanos pero que también tendrán hijos o, en todo caso, sobrinos, y que a unos y a otros les debemos, ser nobles y juiciosos.
  Seamos idealistas, luchemos por nuestras causas, seamos solidarios, seamos buenos. Entendamos que el dinero es un medio, y un gran medio sin duda, pero que nunca debe ser un fin. No mintamos a quien nos cree, no traicionemos a quien confía en nosotros, y no perdamos de vista el concepto de comunidad. La vida es como un partido de fútbol, un equipo en el que cada uno tiene su puesto. No se puede ganar solo, gana el equipo o perdemos todos.
  No busquemos acaparar para un futuro que no va a existir sin seguimos insistiendo en acaparar. Amigos, el oro no se come. Si no entendemos el respeto a la naturaleza y a nuestros hermanos mayores los animales, si no somos capaces de tender una mano al humano caído y de orientar al que perdió la senda. Si no sabemos hacer despertar al dormido y reanimar al derribado por la pena. Si no anhelamos que los demás sean felices. Si no nos importa la injusticia, ni el sufrimiento. Si no nos preocupa que los pobres tengan para comer en un mes el mismo dinero (en el mejor de los casos) que destinan los ricos para alimentar a sus mascotas.
  Si no nos preocupa la violencia de género ni la discriminación, ni el desamparo. Si transitamos por el mundo sin oír, sin ver, sin pensar. Entonces amigos se impone la gran pregunta. ¿para qué nos sirve vivir? Repito ahora una frase que no por reiterada deja de ser maravillosa: “el que no vive para servir, no sirve para vivir”.
  Ahora sólo queda esperar haber podido transmitir algo importante, que les sirva, como de joven me servía a mí escuchar a quienes ya no eran jóvenes.
  Les doy un abrazo y por escucharme
Muchas gracias
Desde el alma
Luis Alberto Battaglia



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