CAFÉ CON LA NOCHE
Luis Alberto Battaglia 17/3/2020
- Yo fumé durante años y nunca me pasó nada (dijo Adrián)
Laura lo miró con los ojos fijos y empañados por alguna lágrima. Luego, posó su vista en el cielo nublado. Por la avenida, 20 pisos abajo, caminaba la noche.
- ¿Querés un café?
- Dale, estás muy linda.
- Gracias.
En la sala de espera, junto a Graciela, la hermana de Adrián, Laura recordó aquel lejano atardecer en el que su corazón había gritado y callado, y vuelto a gritar.
- ¿Por qué se muere la gente buena? (dijo Graciela)
Laura la miró con los ojos fijos y grandes, oscuros y tristes, como el olvido. Se perdió luego en el sol pálido de una ventana del fondo.
- ¿Querés un café?
- Dale, sos muy linda Laura.
Laura caminó temblando hacia la máquina expendedora, hasta mezclarse con el silencio.
Se atragantaron las palabras, y al ver las flores finales caer, recordó, de pronto, aquellos dos momentos del pasado.
Adrián la miró, la abrazó, y arrojó las últimas flores.
- Adiós hermana (dijo) mientras se el quebraba la voz.
Laura se puso pálida, perdió el equilibrio, y Adrián tuvo que sostenerla muy fuerte, muy fuerte, para que no se mezclara con la soledad.
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