Cambios diversos traen la tragedia al mundo. En principio (y bueno es reconocerlo) se trata de cambios de índole universal en los cuales nuestra única participación es sufrirlos. A esto se agregan las profecías de fin, que han venido sucediéndose y postergándose obviamente a lo largo de años, décadas, siglos. El mundo está “cerca del fin” desde hace tanto pero tanto tiempo que las profecías más se parecen al pastorcito mentiroso del cuento infantil que a una notificación de carácter al menos medianamente científico.
Dicho esto convengamos en que hay mucho que podemos hacer por nuestro mundo, que equivale a decir (ha quedado suficientemente claro) por la supervivencia de la humanidad. Podemos y debemos reclamar a los poderosos (lamentablemente en muchos casos, con una mirada muy miope de la realidad) que dejen de privilegiar sus ganancias sobre la ecología, sobre la salud de sus semejantes (¿seremos semejantes?, ahora que lo pienso).
Debemos moverlos a actuar bien, sin egoísmos, sin hipocresía, sin estupidez.
Y así mismo, nosotros debemos inculcar e inculcarnos la necesidad de cuidar al planeta; ya desde lo sencillo como por ejemplo usar preferentemente materiales reciclables, no arrojar papales ni basura en la calles o cloacas, no usar aerosoles contaminantes, no comprar más comida que la que podemos comer.
Y a los más pobres: no votar gobiernos por sólo recibir subsidios previos a las elecciones o (dicho sea finalmente) no dejarse sobornar y no hacer la vista gorda ante los despropósitos ambientales de dichos gobiernos (no podemos votar a Hitler porque nos aumenta el sueldo).
Y a los industriales, no contaminar ríos, lagos, medio ambiente en general; por la sola y mezquina razón de que resulta más barato hacer las cosas mal que bien.
Y a los comerciantes, no vender mercadería robada o de mala calidad por la tonta motivación de poder ganar un poquito más.
¿Estamos todos en claro que lo que está en juego es nuestra vida y la de nuestro hijos, o seguiremos festejando y bailando en las cornisas como payasos estúpidos? Ojalá que la respuesta a la pregunta sea la vida y no la muerte, ojalá comencemos a pensar.
LUIS ALBERTO BATTAGLIA 13-3-2011
No hay comentarios.:
Publicar un comentario