jueves, diciembre 30, 2010

Todo comenzó en ti (Fernando Luis Pérez Poza) 27-11-2010

sábado, 27 de noviembre, 2010 19:07:42 [paginantes] Todo comenzó en ti

De: Fernando Luis Pérez Poza 

TODO COMENZÓ EN TI A 

mi madre, 
 la persona que más ha creído en mí, 
 en las últimas horas de su vida. 

 Hoy lloran las piedras,
las venas de la piedra,
el corazón del aire ha dejado de latir. 

Yo era musgo enhebrado a la vida,
carrusel de sueños atado al tiempo,
ecuación resuelta en tu destino. 

Tú, la fuente inagotable,
el alfa sin omega, cometa infinito
envuelto en un universo de ternura. 

Hoy se apaga la luz,
crece la noche,
carnaval de sombras que me invade. 

Se anudan al bosque las tinieblas,
grita el cristal de la tristeza,
el otoño arranca de cuajo el almanaque. 

Todo comenzó en ti,
semilla fértil de infinito.
Comenzó en ti
y no parará hasta mi muerte. 

Todo. Lo que hoy hay
y también lo que no hay,
lo que fui, lo que soy, lo que seré,
tal vez también lo que no seré.
Todo comenzó en ti. 

Recuerdo haber llorado
cuando nací,
como hoy lloro cuando te mueres. 

Espérame allá donde tú vayas
aunque sólo sea el reino de la nada
y nos reiremos juntos
sabiendo que todo se ha acabado. 

Mientras tanto,
mantendré el rumbo,
hablaré con la rosa de la vientos,
llenaré de voluntad mi existencia
y soñaré con una primavera
como aquella en que tus brazos
me acunaban entre vuelos de gaviota. 

Fuiste el sol que iluminó el horizonte
y ahora te apagas lentamente,
como una vela consumida por los años.
Y yo no puedo hacer nada más
que sentir tu partida,
en este cruel y largo atardecer
donde solamente late la tristeza. 

Adiós, mamá.
Chapeau por ti
y por todo lo que me has dado. 

 Noviembre 2010©

Fernando Luis Pérez Poza

Pontevedra. España



miércoles, diciembre 22, 2010

Sucede en navidad (Alexander Vórtice) 21-12-2010

martes, 21 de diciembre, 2010 6:52:27 [paginantes] "SUCEDE EN NAVIDAD"
De: Jesús Rodríguez

"SUCEDE EN NAVIDAD"

21/12/2010 - Alexander Vórtice


Luces a mi alrededor: todo indica que algo resplandeciente se aproxima de manera inexcusable. Ojalá siempre fuese Navidad, una época algo alicaída a día de hoy, pero que desde siempre ha luchado por un vaso más contundente de luz y papeles coloreados por las manos de la esperanza. Período en que los seres refulgentes, repletos de indulgencia, esparcen cortesía de corazones sinceros, aguacero de estrellas en medio de la urbe ennegrecida, luces que los niños más que nadie disfrutan porque son niños, porque nunca más volverán a serlo y eso duele. Esto sucede en Navidad. Sólo en Navidad visitamos el centro vital de nuestro organismo disminuido por la capitulación, e intentamos darle más vigor a todo lo vivido, a todo lo que vamos a vivir, intentamos llenarnos de virtudes que en su momento fueron fundidas por el calor abrasador que desprende los corazones de cientos de querubines deseosos de que la paz reine en el planeta Tierra. Tal y como dijo el trigésimo Presidente de los Estados Unidos, John Calvin Coolidge: “La Navidad no es un momento ni una estación, sino un estado de la mente. Valorar la paz y la generosidad y tener merced es comprender el verdadero significado de Navidad”. Con eso deberíamos quedarnos ante todo: La Navidad es un estado mental, una manera sublime de afrontar las circunstancias que nos rodean, de agarrar el manotazo social y transformarlo en una dulce caricia salida de la magnificencia y el bien común. Regresar por un instante a la infancia supone ganar minutos de vida adulta. Porque, considero, para salir de las circunstancias oscuras en las que vivimos deberíamos volver a “masticar” la filosofía cristiana; llevar a la práctica la anárquica filosofía del amor por uno mismo que después se muestra como amor hacia nuestros semejantes. El Cristianismo, que en definitiva es lo que en esta época estamos celebrando aunque algunos nos importunen aseverando que es tiempo de compras y materialismo bárbaro, debiera ser una fórmula para que la sociedad de constante consumo en la que coexistimos se convirtiera en una sociedad de paz, condescendencia, misericordia y bien. El nacimiento de Jesús no es una compra bien hecha, no es sólo un árbol cabalmente peripuesto, no supone derrochar lo indecible en un galán vestido para ovacionar en un brindis al nuevo año. El nacimiento de Jesús supone tender la mano para ayudar a los más necesitados, que también es ayudarnos a nosotros mismos. Navidad es tiempo de catarsis, de espiritualidad. Por tanto, les deseo a todos ustedes una feliz Navidad, y también deseo que el espíritu navideño inunde con su fuerza de clemencia nuestros, hoy más que nunca, lóbregos y abatidos corazones. Laus Deo.
www.opinionvortice.blogspot.com

sábado, diciembre 04, 2010

Pequeño pero profundo cambio (Geraldes de Carvalho) 3-12-2010

viernes, 3 de diciembre, 2010 21:11:20RE: S.O.S. paginantes Re: [paginantes] PEQUENA MAS FROFUNDA ALTERAÇÂO DO POEMA QUE SE CHAMARA "assim é escrever"
De: Juan Manuel Pérez Álvarez

Disculpen los errores de mi traducción. He intentado conservar en lo posible el espíritu del poema, pero ni soy traductor profesional ni tampoco ninguna traducción es completamente fiel al original.

Un abrazo,
Juan Manuel




PEQUENA MAS PROFUNDA ALTERAÇÃO


O escritor vai ao inferno
da memória colectiva
desenterrar a matéria bruta que nomina

e

Assim escreve :

Hoje subi aos infernos
-aqui, cá dentro de mim-
onde estão os meus parentes
-e os vossos-
e ouvi das suas bocas
silenciosas
as palavras verrinosas
-e também as graciosas-
com que componho os poemas.

Não me culpeis pois por eles
eles os vossos parentes,
eles os meus ascendentes,
eles poemas que escrevo,
elas palavras dizentes
palavras em que por vezes,
muitas vezes,
até
me enredo.

Geraldes de Carvalho


PEQUEÑO PERO PROFUNDO CAMBIO

El escritor va a los infiernos
de la memoria colectiva
a desenterrar la materia bruta que nombra
y
así dice:

Hoy he subido a los infiernos
- aquí, dentro de mí-
donde están mis parientes
- y los vuestros-
y he escuchado de sus bocas
silenciosas
las palabras trascendentes
- y las graciosas-
con que compongo los poemas.

No me culpéis pues por ellos,
ellos, vuestros parientes,
ellos, mis ascendientes,
ellos, poemas que escribo,
ellas, palabras conscientes,
palabras en que a veces,
y muchas veces,
incluso,
me enredo.


( Traducción de Juan Manuel Pérez Álvarez -integrante del Grupo Paginantes-)