Me lo pediste tantas veces: cuando me esté muriendo me gustaría escuchar la música de Bach. Te me moriste de pronto, mientras había salido a comprarte una bebida saborizada y un Ensure y al día siguiente de que el médico que te seguía dijo que estabas bastante bien. No pude, no pude. Ahora es de noche, escucho Bach, deambulo por las redes sociales y se me quiebra el alma.
Va a ser una noche larga, como tu muerte... como mi vida. Un día me dijiste y no podría olvidarlo: lo que lamento es que los mejores poemas los vas a escribir cuando yo no esté, recordándome, y no voy a poder conocerlos.
No sé si mi poesía de hoy será mejor que la de ayer pero sí sé, y eso puedo asegurarlo, que lamento profundamente que no puedas conocerla.
Y acá estoy, escribiéndote cuando no podés leerme nunca más y pensando en vos y repitiendo que te quiero cuando ya no podés escucharlo.
La vida es eso, como esta música de Bach que hoy, mamá, acompaña mis lágrimas.LUIS ALBERTO BATTAGLIA
31/10/2017
BIENVENIDO A LAS METROLETRAS
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