domingo, julio 09, 2017

DE CARDOS Y ROSAS


Hoy voy a referirme a lo que llamo “la respuesta paradójica”.
Mi abuelo decía: debés dar todo por la gente pero no esperes nada. Hasta ahí, puede ser aceptable. Pero la respuesta de la que hablo va más allá de lo aceptable.

Resulta que uno ayuda a alguien de todos los modos posibles, pone el cuerpo y el alma y nunca le falla. Y luego, no es que no recibe gratitud, recibe un ataque.

Puede haber muchas explicaciones, desde las más superficiales que tienden a calificar negativamente a la otra persona; lo cual puede ser acertado pero no es explicativo. Podemos decir que quien recibe todo y ataca a quien le dio todo no es lo que puede habitualmente definirse como “una buena persona” pero esto no es una explicación, más parece un consuelo. La explicación según creo o (como diría Freud “las explicaciones”) corre por otro lado.

Una puede ser la siguiente. Al recibir tanto, una persona que no está acostumbrada a recibir nada, se confunde, se asusta, se siente culpable y a la vez presionada, obligada, atrapada; y encuentra como única salida producir el enojo, la desilusión o el desprecio de su benefactor. Volviendo así a vinculare con personas que no le dieron ni le darán nada. Ahí la terrible paradoja, la respuesta, o una de ellas. Una paradoja le resulta al que dio y otra al que recibió. El que dio, como es más claro, no esperaba ser atacado por la persona a la que tanto ayudó; y el ayudado no era astuto ni conveniente que se alejara de la única persona que lo ayudó. Hasta ahí TODO PÉRDIDA.

Definitivamente: neurosis, fracaso, desolación. El benefactor, y allí otra paradoja, al descubrir el terrible error de la persona favorecida que elige sin saberlo relacionarse con personas malas para ella, se siente triste por la persona que lo atacó más que por él mismo; porque precisamente es mejor persona que el entorno del atacante. Y allí se da uno de los más tristes y terribles casos de paradoja psicológica: el benefactor acaba llorando las lágrimas que la persona atacante no puede ni podrá llorar.

Se cierra el círculo, en la absoluta soledad.


LUIS ALBERTO BATTAGLIA 9-7-2017

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