(indico con este signo ª los poemas que van siendo seleccionados)
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/ 1 ALAS de Victoria De Luca
Andar la vida,nunca parecida a ninguna,
en sueños,miedos, enojos, culpas. deberes,
tristezas,enojos...
Camufladas heridas abiertas.
Andar la vida, solo me gusta de a ratos,
cuando nuevas emociones
despabilan otras,tal vez,olvidadas.
Ese es el momento en que elevo una plegaria
y agradecida me dejo acunar por caricias
de naturaleza toda.
Invento promesas mas allá de los pensamientos,
coqueteando flexible y desprevenida
a lo que esta por venir.
Y aunque estoy cansada, elongo mi alma,
la hago mi amiga, le seco las lágrimas,
y juntas salimos a buscar mas vida.
Eso, también es poesía.
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ª 2 A VECES SUEÑO... de Azucena Irene Cerundolo
A veces sueño, que el reloj
no existe.
Que los que se fueron, retornan.
Con sus rostos claros, con sus ojos míos.
A veces sueño que son muy pequeños
y no tengo miedo si la lluvia arrecia.
Porque en el silencio su respirar, respiro.
A veces sueño que un mal sueño fue.
Dejar mi tierra.
Con la ilusión perdida del pronto retorno,
para pasear con ellos en mis calles viejas,
de viejos adoquines que cuentan historias.
Allá en la Recova o cerca del río.
A veces sueño que mis brazos duelen
porque así quedaron, acunando cantos.
A una niña hermosa de cabellos largos,
a mi niño rubio.
A veces sueño, que sueño,
¡Que nada fue cierto!
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/ 3 BUENOS AIRES, SIEMPRE BUENOS AIRES de María Graciela Kebani
Buenos Aires,
te sueño en cada tarde
de jazmín, de rosas,
en cada ocaso
encendido de geranios.
En un patio florecido de malvones
y en los gorriones aleteando
en las mañanas.
Te busco
en cada domingo de verano,
en este cielo amanecido,
en un balcón, en un rincón
solitario, enmudecido.
En la nostalgia de un tango,
en aquel poema que evoca
tus luces y tus sombras.
Buenos Aires,
aún añoras el esplendor
de un pasado que se ha ido,
porque hoy, descarnada, la miseria
deambula por tus calles
con su rostro de niño dolorido.
Buenos Aires,
te encuentro
en algún barrio remoto y olvidado
con perfume de aromos y glicinas,
en un farol, en una esquina.
En la ventana que se abre y que me mira..
Buenos Aires,
ciudad única, tuya y mía,
que sólo sabes
tender tus brazos
para que te abracen...
Buenos Aires, siempre Buenos Aires.
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- 4 BÚSQUEDAS de Ruben Oscar Amigo
¿Debo reconocer pero no aceptar,
debo aceptar pero no reconocer,
qué no he logrado todo lo deseado,
lo perseguido, o lo soñado?
Lo intenté y perseveré,
mas no llegué,
no renuncié y lo busqué,
mas no lo encontré.
Deseé el mundo cambiar,
poco menos que nada logré,
pero no acepté negociar,
ni los principios vender.
¿Es cierto qué mejor sería aceptarlo,
reconocerlo,
adivinarlo
o, al menos, soportarlo?
No, nunca debemos desistir,
rendirnos sin luchar,
retroceder sin perseverar,
renunciar sin bregar.
Siempre lo debemos intentar,
jamás dejar de buscar,
aún vacíos de encontrar,
la divisa es resistir.
Aunque no triunfemos,
queremos resistir,
y nuestro camino construir,
honrosa forma de vivir y de morir.
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- 5 CONTANDO de Florencia Cáceres
Estoy empezando a contar los minutos,
Los segundos y cada cruce de miradas.
Estoy empezando a querer e ilusionarme con tus imperfecciones
Bailando con mi sentimiento, que pronto será fuerte
Tan fuerte como la luz que brilla cuando sonríes, cuando caminas , cuando me hablas
Este lugar oscuro, se sostiene porque aquí estás.
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ª 6 CLAVELES ROJOS de Graciela Cecilia Stábile
A Federico García Lorca
¡Te han muerto, Federico!
Claveles rojos nacen de tu boca
como llamas de tu simiente,
como esquirlas de traición.
¡Te han muerto, Federico!
El surco sangriento
siembra una canción;
la canción del huerto fresco,
la de tu memoria de almíbar
bañando el corazón de Granada.
Una canción de silencio
acurrucándote,
abrazando tu figura de niño,
besando tus ojos con marfiles engarzados,
acariciando tu pelo, cascada atrevida
cayendo sobre tu frente.
¡Te han muerto, Federico!
Un aire de duelo clava estiletes
y las manos nobles de los que te lloran,
derraman esos claveles
por todos los tiempos,
para que cada palabra tuya renazca...
Cuando crece la primavera.
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/ 7 DEAMBULANDO POR BUENOS AIRES de Miguel Ángel Young
Me busco en el subte,
en el tren, en los colectivos.
Mientras camino por las tumultuosas
calles de Buenos Aires.
En ese transitar
soy como una bolsa
de plástico vacía,
que gira y gira.
Sube y baja, a merced del viento,
por las calles adoquinadas de los suburbios.
Busca fábricas abiertas, chimeneas humeantes:
quiere ser detenida por la mano de una mujer o un hombre
que le den significación. No los encuentra.
Las fábricas están cerradas y los hornos no fraguan,
por lo que de las chimeneas no emanan humos, blancos o negros.
Sólo hay silencio en el suburbio.
Como la bolsa yo giro, transito sin rumbo, ausente.
En esa ausencia me reconozco privilegiado.
No, por no estar expuesto a los avatares cotidianos,
sino por intentar, en mis viajes encontrar sentido a mi escritura;
atender a los latidos de mi corazón, darle lugar a mis afectos.
Observar las hojas caídas de los árboles,
las variadas flores y aromas de los escasos jardines.
Escuchar el trino de los zorzales, o la risa de una niña, que juega en la vereda,
o una melodía de tango que escapa desde una ventana abierta.
Deambulo sin rumbo, ausente, hasta la mesa de un bar.
En ella saco el lápiz, el cuaderno y escribo sobre mi ausencia.
Busco encontrarme con ella y saber quién soy.
Tal vez sólo pueda intentarlo,
ya que encontrarme conmigo,
sería romper la magia que me trajo hasta aquí.
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- 8 DECLARACIÓN de Matías Mansilla
Cuesta hacer sacrificios…
Cuesta más verlos. Merodeando en imágenes mentales
se quedan esos vacios existenciales;
provocados por la equivocación de un yo ajeno, traidor, ruin, maléfico,
pero quizás comprensivo.
Parte siempre de una guerra interior entre dos bandos
que buscan llegar a un mismo fin.
Cuesta hacer sacrificios…
Exaltados de ira e inmolados por la penuria corren esas palabras que escuchamos alguna vez en lo profundo de nuestro abismo culposo. Victimas silenciosas de nuestras acciones imperdonables pero necesarias. Secas y sin alma, como los despojos de un paisaje de otoño a la deriva. Así de tenue, así de gris.
Cuesta hacer sacrificios…
Estructurando la máscara que te vas a poner para ir a una fiesta
a la que no perteneces,
a la que vas solo por un invitado… vos.
Medís tus palabras, asumís tus errores,
futuro y pasado unidos en una oración.
Miras alrededor, juzgas alrededor,
pasas como fantasma por opiniones conjeturales
de mentes aburridas.
Realizas tu tarea, te quedas a la deriva,
hundido en tu mar de pesadillas.
Cuesta hacer sacrificios… única y sola reflexión.
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/ 9 DESCENDENCIA Nasgo Nahuel
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- 10 DUELE SER ALEGRE
/ 9 DESCENDENCIA Nasgo Nahuel
Si supieras que la humanidad
se encuentra alborotada
demorarías tu llegar
Si confesara que los seres humanos
nos comunicamos por medio de artefactos
olvidamos el arte de charlar
creerías que exagero
Si vieras el ambiente contaminado
por negligencia y egoísmo
traerías tu jardín
Ten esperanza
tu vida renovada
generará esperanza
Amada serenidad de luz
Viajero del éter
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- 10 DUELE SER ALEGRE
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11 EL AGUA Y LOS CORAZONES CORREN
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ª 12 EL BESO de Helena Beatriz Gómez
Una pared amarilla
encuadrada sobre la vereda
desde una ventana del primer piso,
las palabras de una radio
caían sobre el empedrado
como agua de una botella.
El calor detenía la imagen
como detrás de un cristal.
Dio vuelta la esquina,
sintió el olor del mar;
la fiesta ya había comenzado.
Las hojas pequeñas,
acorazonadas
y repulgadas
reflejaron sobre ella el sol.
Un gorrión
se detuvo un minuto
en el suelo
saludando mi paso.
En la otra esquina él, apoyado contra un farol
y con las manos en los bolsillos.
Me acerqué.
Nos saludamos.
Nos besamos.
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ª 13 ELLA Cristina Liporaci
Me conmovió tu risa
franca y atrevida
con notas tan dispares
en la alegre melodía.
Me conmovieron
tus ojos somnolientos
tan llenos de vida.
Me conmovió
tu mano apoyada
en la blanda almohada
como capturando el sueño.
Me conmovió
tu boca apenas entreabierta
como esperando el beso
tantas veces postergado.
Me conmovió
tu cuerpo adormecido
en esa noche oscura
y con estrellas repetidas.
Me conmovió
tu sueño ligero,
el suave movimiento
de tu pecho,
tus piernas, ligeramente dobladas
perdiéndose en un baile
imaginable y silencioso.
Me conmovió hondamente
tu cuerpo recostado
como esperando,
mientras galopaba la noche
hacia el encuentro del alba.
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- 14 ENCENDER EL FUEGO de María Beatriz Tellería
Abriremos las rendijas del alma al corazón que se acerca,
desandaremos las murallas tendiendo puentes de miradas confiables
para hilvanar palabras que acaricien los sentidos
e inviten a quedarse alrededor del fuego amigo.
Enlazaremos sueños compartiendo las estrellas
en la comunión de un pan que sabrá para todos;
convocaremos al extraño porque ya no se teme,
aprendimos que nos duele la penumbra del olvido,
que entendernos no es sencillo pero vale el intento por lograrlo.
Saboreando la vida cual manjar predilecto,
al calor del abrigo de una llama cómplice,
nos vestiremos de luz con su potente fulgor
y en medio de una noche de luna llena rojiza
abriremos una ventana al cielo para recitar nuestros sueños-deseos.
Fuego de la hermandad, madre tierra primordial,
herederos de un destino colectivo que no sabemos velar,
nos dañamos como fieras en medio de la orfandad;
correateamos por los bosques, olfateando al enemigo
desconfiando de la sombra que se cuela por detrás.
¿Hasta cuándo y hasta dónde las corazas de metal?
Los escudos del destierro nos empujan a la mar,
navegando las tormentas sin destino ni final
en la gélida inmensidad del que nada tiene para dar.
Nuestro mundo - cuerpo es visceral,
las entrañas nos enredan y nos surcan venas de historicidad,
si amputamos un solo miembro,
desangrados moriremos en la estéril desvincularidad.
Somos seres humanizados por emociones encarnadas
que caprichosamente pretendemos abandonar,
al conjuro de los demonios que invisten su capital.
Encendamos nuevamente el fuego de nuestro hogar
y regresemos ya iniciados … a vivir en sociedad.
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/ 15 ESQUINAS de Guido Herzovich
En Buenos Aires
no quedan esquinas.
Ni siquiera esta.
Esto no es un pliegue del tiempo.
No existen pliegues del tiempo.
Cuando había esquinas
la gente no era más feliz
pero había esquinas.
Cuando había esquina
los chicos tardaban años
en llegar a grandes.
Llegaban perlados por la lentitud,
los cubría una capa de polvo.
Dos paisanos se dan permiso
para echar el primer sobre
al buzón:
si total todas las cartas
llegaron varias décadas después.
En Buenos Aires no quedan esquinas
solamente media cuadra
sobrevive al desgaste.
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/ 16 LA CÁRCEL (44 veces más) Florencia Marzorati
Atrapada en el preludio de los días,
voy tachanddo los sistemas derrocados.
En la celda del dolor y la agonía,
van mermando los placeres pronunciados.
En el fango, en lo profundo donde habito
en las tardes que me invaden los ocasos,
no hay misterio en lo roto y en lo escrito,
se enloquece el silencio hecho pedazos.
Hurgo entonces en la grieta del barrote,
que contiene a la bestia ensimismada,
un atisbo de ilusión y de derroche
se entreteje con la lengua desahuciada.
Va el desfile pisoteando a lo caído,
con la imagen de una tregua fracasada.
En la cárcel donde aguardo el vahído,
una luz dobla esquinas desarmadas.
1ºconrursoliterarionuevasletrasbuszondepoemas1ºconrursoliterarionu
/ 17 LOS PÁJAROS DE MI VIDA
/ 17 LOS PÁJAROS DE MI VIDA
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- 18 MUJER
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/ 19 NI NIDO... de Federico Faella
Ni nido, ni hogar, ni madriguera
Ni aposento, ni claustro
Ni tapera.
No hay patio
No hay aljibe
No hay higuera.
Sin alcobas, niños, o galería
Sin cocina, retretes
Ni alegría.
No hay zaguanes
Árboles
No hay jardines.
Ni puertas
Ni ventanas
Ni cojines.
Hogar entre hogares
Siempre míos
Avelino, Neuquén
Ramos Mejía, Larrea
Emilio Mitre, Bulnes
Nicasio Oroño o cualquiera.
Nuestras son, van a ser
y siempre fueron
aquellas benditas paredes
escoltas de mis insomnios
anfitrionas de atardeceres
En sueños recurrentes las visito
Las percibo como antes, tan reales
Mi grata memoria las evoca
En nostalgias de patios y de umbrales.
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* 20 ¿NOS SALVAREMOS VOS Y YO CUANDO EL TREN DESCARRILE? Gisela Vanesa Mancuso
Me contorsiono.
Debajo del tren;
desde arriba,
el tren no me verá.
La ventana está sucia.
En el vitral escribo una palabra:
No es transparente el mundo.
Los ojos,
en los espacios más limpios
de las letras.
¿se están cayendo también afuera?
¿qué hay en el suelo de la estación?
Las palomas picotean la ilusión
de maíz
Entre zapatos desgarbados.
¿nos verán morir cuando el tren descarrile?,
¿o morirán por fuera de la palabra sucia que escribí para ver sucio el mundo?
¿dónde estabas cuando no había casa en las ventanas,
cuando las puertas no se metían por entre las puertas del frío?
¿nos salvaremos vos y yo en la liturgia literaria
que enfría la noche entre cuatro paredes?
Me contorsiono.
Los durmientes
se apostaron
entre piedras de albañilería.
El tren se descarrila.
Eso ven los que fruncen
los dedos de los pies
para subir en la estación siguiente.
No tengo motivo para ser feliz.
Cuando estés preparado,
cuando la alegría descarrile,
¿vos y yo…?
Nos salvaremos vos y yo.
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- 21 NUNCA ES SUFICIENTE
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/ 22 ODA de Augusto Casola
Si quisiera descubrir de tu cuerpo el secreto,
habría de recorrer, calmoso y lentamente,
sus valles y ensenadas, sus cumbres enquistadas
y captar así el temblor despierto del deseo;
descender planeando, cual águila morosa
hasta alcanzar el delta que esconde pudoroso
la furia y el placer
ocultos en tu templo
de diosa, ¡oh, Afrodita!
Quiero a mis sentidos hurgando entre los pliegues
de tu piel dormida
que espera mis caricias;
sentir vivaz la llama, en fuego extinguida,
y en gritos y en gemidos
ante el audaz avance de mi inquietud despierta.
Entre rompientes quiero
de tu anhelo el mar, romper contra arrecifes
que en tu silencio esconden
el ansia, el desconsuelo,
la brecha del deseo
porque en orgasmo explote
y muera con un beso.
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ª 23 PEQUEÑA Cristina Marino
En la oscuridad de los pensamientos
he visto a esa niña inquieta y sedienta
jugar
llorar
soñar
bailar.
Pequeños sus pies
enormes sus sueños.
Siempre su cabello
al viento
rizado
salvaje
cómo sus anhelos.
Cortaba jazmines corría cantando
dibujaba letras
amaba la arena
allí entre sus dedos.
Hoy…que no hay juguetes
hamaca su cuerpo
cercano al calor
que tejen los leños.
Busca aquella niña
dentro de su mente
entre hojas sepia
en los movimientos
de pasos pequeños
de años pasados
que aún…
anhela mil sueños.
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ª 25 ROMANCE AL SEÑOR DE LA PAMPA Ricardo Arasil
Ese crinudo orejano
que parte en dos a la niebla
y si empantanás tus pasos
te tiende su mano abierta.
El solitario centauro
que jamás muestra una pena
y en la cruz de su facón
reza benditos sin velas.
El que pone anca a la lluvia
y es compañero de escena,
cuando la noche aclarando
sale a buscar sus potreras.
Al que descubre la luna
sobre el lomo de la sierra
tropeando desvelos, sueños
por los caminos sin huella.
Lleva en la cara tatuado
sudor de tropa y leyenda,
es cimbra del alambrado
y es asta de mi bandera.
¡Mirálo! Ea el padre nuestro
patrón de vincha y de melga,
luz de carona y arado,
¡Señor de la Pampa Nuestra!
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ª 26 ROSTRO DE ALGODÓN de Emiliano Gutierre
Abre...
Que el ombligo en cielo aun no madura
Tejes con el viento una peñisca gota
Suspiras un cuento que calla la luna
Llena de rocíos y estrellitas rotas
Abre…
Eco de inocencia la casa te espía
Caja de secretos colmada de flores
Tu voz flameante dulce melodía
Tango de alegría vibrando en tu nombre
Abre…
La vida es un frasco repleto de tizas
Crayones y ademanes muecas y palabras
Con imprecisiones para la sonrisa
Y al cruzar la calle tus pies tendrán alas
Abre…
Rostro de algodón caricia ligera
Que la guerra afuera juega a la escondida
Buenos aires pinta su reciente ojera
Y la violencia llora su monotonía
Abre…
Mi pequeña niña tus ojos de miel
Lagañas de azúcar país de los besos
Soy ese silencio y aunque no me ves
Celo tu descanso y te quito el sueño
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/ 27 SÁBANAS
BLANCAS de Ana Graciela Inconstante
Cuando el amor se entiende,
tan sólo con una mirada.
Ojos que brillan,
sin mencionar palabra.
Labios temblorosos,
se acercan sin besarse.
Corazones que a gritos
piden amarse.
Manos que se acarician,
estrechándose en un abrazo.
Cuerpos que se funden
entre sábanas blancas.
El cosquilleo
que nace de esas entrañas,
les hace sentir, que ese amor,
hoy quedará plasmado,
entre sábanas blancas.
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- 28 SIN TITULO de Crys Pereda
Como un horizonte
incierto, tieso
confuso, estático.
Como si la nada,
la nada misma
estuviera después de él.
Como un abismo
que amedrentara
al impaciente día,
cuando el atardecer
a pasos agigantados
corre con la prisa
de un herido tornado.
Así, así nuestro presente
se derrumba, se desploma
en busca de un futuro,
un porvenir desconocido
que nos abruma, nos agobia
sin concedernos
ese hoy, el ahora.
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- 31 TODA MUJER ES MADRE de Luis José Candelmo Colazo
- 29 SOMBRAS Nicolás Sánchez D'Andrea.
Con la parsimonia que naturalmente te caracteriza, avanzas.
Y a paso cansino superas la claridad.
Como el elástico más sutil te estiras
para cubrir todo el paño
con tu manto negro de oscuridad.
A pesar que el sol presencia tu nacimiento,
sos la seda mas fina de la noche y el firmamento.
Te sigo, te persigo, soy el detective mas fanático de tu existencia
nada ni nadie te intimida.
Cuanto más te conozco, mayores son los misterios de tu esencia.
Ganas terreno de paredes inexistentes y como un fantasma entras en las guaridas.
Es más imposible que difícil descifrar tu identidad,
mucho menos tu origen,
simplemente ahí estás para deleitarnos con tu perversidad.
Te enamoraste de ese muro que todas las tardes te alberga
lo recorres de punta a punta,
de diestra a siniestra,
no hay resplandor que alcance a opacar tu andanzas.
LLenas los espacios mas reconditos a base de templanza.
Sos una delicada mujer tan bella como maleva.
Nos tendremos uno a otro pero siempre de reojo,
hasta que yo te diga hasta luego.
Nos vemos en el séptimo cielo.
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ª 30 TERNURA DE UN CORAZÓN ENLOQUECIDO Silvia Susana Durruty
“Las
callecitas de Buenos Aires tienen ese qué se yo”
Astor
Piazzolla, Horacio Ferrer
Con el tiempo aprendí,
a descubrir la ternura en un corazón
enloquecido.
Percibir un jeroglífico, encerrado en cada
adoquín.
Atravesar, doliente, minúsculos laberintos.
Volverme invisible, en espejos rotos.
Creer en ángeles falsos y disfrazados demonios.
A caminar ebria de bochorno por las veredas
rotas.
Y dejarme llevar entre edificios polvorientos.
Aprendí a ir y venir por lugares, que, ni
conozco.
¡Si total!
La calle grita un idioma loco.
Y yo, qué se yo. -¡Loco él, loca yo!-
Con el tiempo aprendí que deseé demasiado,
lloré por mucho, y mi corazón,
se entibia cada atardecer.
A saber que, en cada esquina de fachas
descascaradas,
suspiran otras almas, con el cariño intacto.
-¡Para
qué sufrir!-
A volar feliz en un vals perpetuo.
Escuchar un tango en el reloj.
Oler azahares en los bares
húmedos y cansados del invierno.
Me falta aprender,
a enloquecer tu empecinado corazón,
y que,
¡loco, loco, loco!,
vuele
rebosante de libertad.
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- 31 TODA MUJER ES MADRE de Luis José Candelmo Colazo
Vengo a este lugar santo,
A ver a la mujer que me ha concebido Su obra es símil
A otras mujeres que DIOS creó
Por eso hoy le rindo este homenaje en esta gran Nación.
Te he olvidado muchas veces
Por distintas cosas que esta vida terrenal
Impone al ser humano
Por eso te pido perdón
Para que la sonrisa Siga en tu rostro
Cuando estoy presente ante vos.
Aquellos que la tienen viva Homenaje debe ser día a día Con un beso en su mejilla
Su alegría resaltará
Por eso no la dejen en la orfandad
Y DIOS TODOPODEROSO te recompensará.
Aquellos que tuvieron un eclipse
Con la mujer que le dio la vida
Sí está en la eternidad
Miren al cielo y envíen su plegaria
Que ella del más allá Su sonrisa
enviará Y todo tu ser se alegrará.
Madres también son
Aquellas mujeres que a pequeños y adultos
Al lado de ellos están
Ayudándolos en su caminar
Por eso DIOS la premia -también- con su amor y eternidad.
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- 32 TRAVIESA
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- 32 TRAVIESA
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- 33 TU PARTIDA Amanda Linares
Nos vimos por segunda vez
en ese lugar serrano,
no nos imaginábamos
que después, juntos,
estaríamos tantos años,
y al final del camino,
con cuatro hijos,
cinco nietos,
y aún tomados de la mano.
Lo más inesperado, mi amado,
ni siquiera soñado,
fue tu final, en mis brazos.
Yo rezando a tu oido,
y tú, creo, escuchando
mis últimas palabras.
El corazón agitado,
el tuyo se detuvo,
el mío, desolado,
sin pensar en ese instante
que te ibas de mi lado.
Con Dios, sin dudarlo,
al cielo, con tus padres y hermano.
Fue un momento sublime,
por cierto, inesperado,
y al verte, ya "dormido",
cerré tus ojos temblando.
Hoy doy gracias a Dios
por tu amor tan santo.
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ª 34 UNA PALABRA Andrea Armesto
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ª 34 UNA PALABRA Andrea Armesto
Y no estás
Y no estoy
No estamos.
No estás
para mentirme.
No estoy para
desdecirme.
No estamos para
convertirnos en cristales.
Estamos rotos,
ajenos, enajenados,
confundidos, indecibles.
Así estamos,
sin decirnos, siquiera,
una palabra.
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- 35 VEO QUE TE VEO Tobías Bernstein
Me siento en el centro del piso y me pongo a cerrar un rato los ojos, y
veo. Veo lo invisible, lo invisible a los ojos.
Veo el abrazo perdido de mi madre y el beso no deseado de mi padre. Veo
flores, veo colores, veo olores. Veo caracoles.
Aprieto párpado superior con párpado inferior y veo forzado. Veo
violencia, veo azotes y macumbas. Veo que el joven no quiere ser sometido a lo
que no anhela; también veo que el dominante sometedor se autoflagela.
Veo gritos, veo riesgo.
Veo lo que no veo.
Descanso la vista y me nublo. Nubla mi mirada el ver tantas cosas
horribles que dispongo a ver fantasías. Blancos caballos dormidos en la orilla
del mar con largas colas mojadas, montañas altas y respingadas como la nariz de
aquel gato rayado que siempre vemos todos. Bebés viejos y viejos bebés. Papel
picado multicolor sobre las cabezas de las abuelas del geriátrico “Santa Lucía”.
Puestos de diarios convertidos en casas para los que menos tienen. Espejos sin
reflejo. Horas pacientes a la espera de verte llegar.
Me acomodo en la silla, apoyo las manos sobre mi regazo, respiro, y
sigo viendo. Veo bailes infinitos en castillos y vestidos largos que forman
caminos de ida y no de vuelta.
Veo la muerte en un instante, la detengo, y vuelvo a nacer.
Me veo desde la grada pidiendo auxilio. Me veo desde la grada lo más
tranquilo.
Veo lo ya visto, lo ya vivido, lo conocido y vuelvo a ver lo
desconocido.
Veo negro. Veo negro y blanco. Veo negro, blanco y azul. Veo cielo. Veo
de noche. Veo brillantez emocional. Veo día. Veo vida.
Veo, lo que realmente no veo. Veo imaginación. Imagino lo que veo y
quiero ver lo que imagino.
Lo que imagino es lo que quiero ver.
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- 36 VIOLACIÓN María Antonia Sassi
Ocultas tras la máscara
la lividez del llanto ahogado
en el cerrojo del incipiente signo
del recelo.
Un fino hilo de sangre,
grifo que regó
los baldosones de la senda
en las tinieblas de la noche.
Ultrajada por manos
obscenas resististe
el dolor del atropello,
agrietando sus carnes
en el fragor de la lucha.
El sonido estridente cruzó
las arterias vecinas.
El profanador de tu cuerpo
huía en las sombras.
Mientras tu yacías
bajo las galaxias que
rodeaban de luces tu figura.
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/ 37 VOLAR Mónica Isabel Reiriz
Vuelo,vuelo con mi
voz que recorre
la hoja blanca.
Vuelo con mi
mente
aunque mi
cuerpo
esté
recostado en la cama.
La brisa
fresca y el agua clara
salpican mi
cara
y unas
plumas blancas
cosquillean
mi alma.
Pienso en
otros vuelos
cuando los
pies se amarran
a una tierra
que atrapa
mientras los
sueños
despliegan
alas.
¡Y es tan
inmenso el horizonte!
que mis ojos
no alcanzan
¡Y es tan
liberador el vuelo!
que mi
corazón se agranda.
Hoy volé con
bellas palabras,
las que dejó
otro poeta
sobre su
hoja blanca
y ahora
escribo las mías,
para que las
remontes
para que vos
las abras.
Tal vez
volemos juntos
en loco
torbellino
o planeando
en calma.
¡Abre tus
alas!
Te dejo mis
palabras.
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- 38 Y ME PREGUNTAS ¿POR QUÉ YO? Josefa Rafaela Quinteros
Tu porque.. tiene muchas respuestas
Porque. llegaste a mi vida
En el momento preciso.
Porque. fuiste quien me hizo sonreir
En mis días amargos
Porque. fuiste tierno,tolerante y comprensible.
Porque. sufrimos juntos un mismo dolor.
Porque. transformaste mi mundo.
Porque. me ayudaste a vivir mis días pesados.
Porque. me sacaste del abismo justo cuando estaba a punto de saltar y
Sostuviste mi mano..
Porque.poco a poco te fuiste metiendo
En mi corazon e invadiste mi ser.
Porque. Te respiro, rio, soy feliz y tambien lloro..
Porque.me has hecho vivir, soñar y creer
Nuevamente en el amor.
Por todo eso y mucho más, tu porque?
Tiene respuestas,
Te elegi a ti y simplemete tu si .
Porque. Te Amo...
BIENVENIDO A LAS METROLETRAS
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