Al filo de
la medianoche 16/9/2019
TE CUENTO
UNA HISTORIA NOTA 62
CARTA A MI
HIJO
Amigos. Hay días en que se caen los aviones
del alma, que vuelcan los trenes de los sueños, que se desvían la carrozas de
la alegría, que nos descubrimos infinitesimales ante la inmensidad del abismo,
y nos aniquila el frío de ese otro invierno… el que asecha.
Hoy le
escribo a mi hijo y los hago participar en mi carta.
Llego a casa, pensado en vos, mi cielo, acabo
de hablar con tu mamá para contarle que llegué bien. Te está bañando y no pude
darte tu besito de buenas noches, pero lo anoto en esta nota, para un abismal
futuro incomprensible donde ya no estaré.
Desde los laberintos en que me encuentro
desde mi tierna infancia, desde los terremotos que obstinadamente me han
atacado sin piedad, hijo, quiero dejarte en cada palabras, lo que soy, lo que
siento, lo que he aprendido en estas luchas cotidianas. Decirte, pedirte, que
pongas, en todo, la pasión que pusimos en nuestra querida Academia, en la
hormiga, y el caracol, en nuestros juegos, y en la poesía y en nuestra Nuevas
Letras. Dalo todo por los demás, no te guardes nada, y tu felicidad tendrá más
brillo y más sustento, porque se sumarán la tuya y la de todos aquellos a los
que hayas podido ayudar a ser felices. Pero nunca permitas que te impongan, lo
que tenés que pensar, lo que tenés que sentir, lo que tenés que vivir. Tu rumbo
es tuyo, y estamos en este mundo para lograr que sea mejor, de eso se trata la
vida.
No dejes de tener en cuenta, hijo, que la esperanza,
es un subproducto de la libertad. Sos muy chiquito para poder entenderme, pero
le hablo al otro Félix, al que podrá entender, mucho después de que yo ya no
esté en este mundo. Te lego mis alas, amor, las que no me fue permitido usar,
para que puedas volar tus propios vuelos.
La vida fue conmigo muy injusta, pero me
trajo dos amores que justifican largamente haber nacido, vos y tu mamá.
Hoy es un domingo, mi Félix, un domingo
cualquiera, y llevo, todavía, en mi cuello y en mi alma, tu abrazo semanal, tu beso
que me muestra el horizonte.
Por lo demás, ya es tarde para todo, ya
retiraron los soportes, esos que me mantienen, en las cornisas, sin caerme,
para bailar y volar en mis palabras.
De las que, ahora, te dejo mi tesoro, y el
único que podré darte, mi pensamiento, mi emoción, mi destino, que de pronto se
ilumina en tus ojos, o en esa sonrisa con la que me decís "te quiero
papá". También te quiero ¡¡amor, no sabés cuánto! Si existe un Dios, te lo
prometo, hijo mío, te voy a amar con el amor de las estrellas, con ese que
vibrando, en este instante, me hace tener el corazón a flor de piel.
Nunca te derrumbes.
LUIS ALBERTO
BATTAGLIA
Papá
8 de septiembre de
2019
Amigos de la radio, donde, cada lunes,
envuelvo mi emoción en un abrazo.
Gracias
por ser testigos de este amor, de esta pasión, de esta tristeza.
Desde el alma…
Juntos por el milagro de vivir
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