sábado, septiembre 07, 2019

RAZONES DEL ALMA



Al filo de la medianoche 9/9/2019
TE CUENTO UNA HISTORIA NOTA 61
RAZONES DEL ALMA
  Amigos. Escribo para la radio, son las tres de la madrugada. Acá estoy, frente a la computadora, para que los que me dictan desde algún lugar inexplicable me dicten algo hoy. Un día, hace muchos años, mi mamá me miraba escribir un poema, y me dijo "¿quién te dicta?" El chiste, adquirió luego realidad. Es como si me dictaran; tal vez sea como dicen: inspiración. Inspirar es tomar aire, que llegue una bocanada a los pulmones. Expirar es dejar de existir ¿Dirá este recorrido idiomático que la muerte es contraria a la creación o la creación contraria a la muerte? No lo sé. Pero hoy recuerdo muchas noches, en esta casa, solo, escribiendo; mientras el leve sonido de algún automóvil a la distancia era mi música de fondo.
  Cuando se pueblen mis palabras del otro lado del olvido. Podrán decir que fui desordenado, cometí errores,  confié en quien no debía. Pero nadie dirá que no amé a las letras. Como amo a esta radio, a este programa, y a ustedes que me escuchan atravesando algún infinito. A ustedes, a quienes les agradezco ser escritor de radio. Los escritores, este conjunto de insensatos, somos inventores de aviones que no vuelan,  lluvias que no mojan, banderines que representan la libertad. Los escritores,  grupo de locos sin remedio, que se extravían en el camino a casa y suben a las estrellas. Traficantes de palabras, esperanzas,  sueños, nostalgias.
  Escritores somos todos, aunque, aún, muchos no han llegado a saberlo. Hoy te invito a mis rituales, la contemplación del silencio, el café con mate que compaña mis noches de trabajo en las palabras. Sí, como diría Facebook: soy escritor y trabajo en  palabras. Gerente, mi alma.
 Mientras escribo, al mismo tiempo, me imagino a mis amigos Macumba escuchándome. El clima en un programa de radio es ameno, lo he visto siempre que fui invitado y lo veo de participante. Un programa de radio se parece muchos a mis talleres literarios, donde todo es felicidad; aunque en mis talleres no gano demasiado dinero y en los programas donde participo lo hacemos sin ganar un austral. Parece haber en las actividades netamente creativas, un motor que supera lo económico. Y a veces, el artista, pese a eso o tal vez gracias a eso, puede llegar a juntar grandes sumas. Se compensa con las caídas. Pero lo que nunca perdemos es la felicidad del trabajo. Preparo, por ejemplo, mi parte del programa, no gano nada y a la vez lo gano todo, porque vas a escucharme, radioescucha, y voy a poder contarte mi alma. Y se  parece a la literatura, ese trabajo en que los escritores, solos, ante un papel o una pantalla, preparamos nuestro programa.
  He vivido el papel, las redes, los blog, las páginas, los foros, los talleres literarios, los encuentros literarios, y el mundo radial; todos lugares y estrategias para llegar a vos, que te podés llamar lector, público, amigo, seguidor, radioescucha, alumno; pero que siempre sos vos, la razón de mi vida.
Un abrazo.
Luis Alberto Battaglia

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