Al filo de
la medianoche 12/8/19
TE CUENTO
UNA HISTORIA NOTA 57
PENSAMIENTOS
Amigos, tal vez mi vida pase por tres ejes, y
tal vez eso sea ser escritor; en tanto tal, mi trabajo es escribir, sentir y
pensar. Para poder entonces transmitir ideas y sentimientos. Es mi razón de
existir, mi aporte al progreso del mundo. No es mucho, no es poco… es lo que
soy.
Siempre lo fue, siempre lo fui. Mi contacto
con vos, sin embargo, querido radioescucha; lleva a mi escritura y a mi vida a
una nueva dimensión. En algún momento de la semana, alguien del otro lado del
dial, espera mis palabras. Magia.
Alguna vez le contó Federico García Lorca a
mi abuelo Guillermo, cuando ambos tuvieron la responsabilidad de inaugurar un
teatro en Argentina; Lorca como autor de una obra y mi abuelo como director.
Decía Federico: los personajes se sientan a mi mesa, acompañan mi vida, y sólo
después se convierten en una obra de teatro. Parangonando al genio, yo diría
que los temas se sientan a mi mesa, acompañan mi vida, y sólo después se
convierten en una nota de “te cuento una historia” para Al Filo de la
Medianoche, que es para mí tan importante como inaugurar un teatro.
Recuerdo todavía mi primera nota para este
programa, la emoción que sentía; que es la misma que siento cada lunes cuado
Mariano anota el cartelito de “al aire” y todo comienza… otra vez. Hoy estamos
en la estación 57 de este tren de mi vida. Amigo Juan y amigos radioescuchas…
gracias.
Esta semana me acompaña un tema y en esta
noche se los traigo; un tema que me hace sentir y pensar… y ser.
Dignidad es mantener los principios, es no
vender el alma, es no acobardarse ante las presiones injustas, es
ser lo que somos, lo que nacimos, lo que amamos, dignidad es no elogiar
por conveniencia, es no aceptar como camino la trampa.
Dignidad es poder mirar a nuestros hijos a los ojos y poder decirles
SOY LO QUE DIGO QUE SOY, HAGO LO QUE PIENSO, VIVO COMO POSTULO QUE SE
DEBE VIVIR.
Dignidad es también aceptar las ideas de los demás y defender su
oportunidad de manifestarlas aunque no coincidan con las nuestras.
Dignidad es aceptar que pueden existir muchas verdades
pero defender la propia, defenderla en debate civilizado, no en
pelea.
Dignidad es amar al distinto e incluso
defenderlo del ataque de los iguales a nosotros. Dignidad es permitir,
aceptar y festejar que cada cual tenga su idea, su ideología
política, su gusto futbolístico, su religión, o no religión.
Y es dignidad también, jamás considerarnos el grupo de mejores, por nuestro sexo o nuestra elección sexual, por lo que
pensamos, por lo que creemos o por el color de nuestra piel o por
nuestra raza, o nuestro nivel cultural o económico o por nuestro
lugar de nacimiento, o por nuestro trabajo.
La dignidad es un camino que debemos
recorrer, si queremos un mundo donde valga la pena vivir.
Desde el alma
Luis Alberto
Battaglia
8 de agosto de 2019
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