miércoles, agosto 21, 2019

TRAJE EL PASTEL Y LAS VELITAS

Al filo de la medianoche 26/8/19
TE CUENTO UNA HISTORIA NOTA 59
TRAJE EL PASTEL Y LAS VELITAS
  El lunes siguiente será mi cumpleaños, amigos, y los invito a la fiesta, y por esa magia de la literatura hoy es miércoles 21 de agosto de 2019 pero también es lunes 26 de agosto de 2019, desde aquel miércoles lluvioso de agosto pasaron 60 años ¿o deberé decir han de haber pasado? O tal vez como sugería el genial Sigmund Freud “si usted duda entre dos cosas en vez de ´o´ ponga ´y´”. Un posible decir estará habilitado en algún lector “no, hoy es 26 de agosto de 2159, pasaron 160 años” y el tendrá razón también. Me abisma esto de no existir, no estoy acostumbrado ¿o seguiré existiendo en mis palabras? Una vez un periodista le preguntó a Woody Allen, ante su frase de que pronto él iba a dejar de existir “¿Usted sabe que vivirá siempre en sus películas?” a lo cual Woody respondió “el hecho de que sigan viendo mis películas no mejorará mi metabolismo”.
  Viene a mi mente, como viejas imágenes de simulcop, de mi vida, toda la parte que conozco. Infancia en Saavedra, calesita del parque, mi permanente afán de escribir, mi deseo de ser ingeniero electrónico y fabricar máquinas, y mi amor por las fábricas, y el futuro que me entendió y me trajo como amor de mi vida a una dueña de pyme textil, mi amor por la música y por Chopin, y por la pintura… Ah esta es una faceta que no todos conocen, además de escritor soy músico y pintor. Y he venido de ser jugador de fútbol resaltante que soñaba ser goleador de “La Academia” y estuvo cerca, pero un accidente se lo impidió.
  Tiempo viejo. Los perros de Saavedra, en  determinado momento de la noche, ladraban todos juntos, como si desearan “buenas noches” Mi colegio en Cabildo y Arias, llamado “Provincia de Santa Fe”, me esperaba en las mañanas, viajaba solo desde García del Río y Moldes tomando el 25 ¡No, no se asusten las nuevas generaciones! Todos los chicos viajábamos solos porque no existía inseguridad, Argentina era un país rico y pujante y lleno de gente buena.
  La mudanza a un departamento de Avenida Santa Fé (provincia de Santa Fe se llamaba el cole ¿premonición?), esquina Salguero, en 1972, a la mitad de séptimo grado. Todo distinto ¿qué hacía un pibe de Saavedra en Barrio Norte? Adapatarse… La confitería San Martín, que estaba enfrente, donde desayunaba con mamá cuando no había llegado la empelada o se había ido. En qué lugar del universo habitarán esos sánguches tostados grandes (no sandwich sánguche) y aquella leche chocolatada? Saavedra, te extraño, confitería San Martín te extraño, mamá te extraño. Te extraño… esperanza.
  Tiempo viejo. La mudanza a un departamento en Av. Las Heras esquina Uriburu, en 1977, cuando estaba por terminar el 5º del Nacional Manuel Begrano. Y en Las Heras, desde donde estoy escribiendo en una vieja computadora, 4 años después nacería Nuevas Letras. ESTAMOS EN LAS PALABRAS, de acá y de allá… gracias.
Desde el alma.
Luis Alberto Battaglia
21 de agosto de 2019


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